When youare alone

Me encontraba en el palacio algo preocupada.
Caminaba de un lado a otro del vestíbulo y suspiraba continuamente.
No sabia que pensaba o que hacia.
Me di por vencida y me sente en un sofá, recargando mi cabeza en él.

Oi pasos y alzé la cabeza...observé al llegado y sonrei.

(¿Se puede? u.u)



Apenas llegaba a palacio luego de asistir a la caza mensual que se organizaba en el castillo. Siempre iba mi padre, pero esta vez estaba de viaje y me vi obligado a asistir, pero no me agradaba en demasía ese tipo de actividades. Regresé en cuanto se me presentó la oportunidad y subí distraído los escalones hasta el iluminado salón. Allí estaba mi madre descansando en un sillón, hermosa como siempre.
- Saludos, mamá - sonreí acercándome a ella y saludándola de una manera que no se permitiría en otro lugar que no fuera como ahora, en que estábamos solos. Le di un beso en la mejilla y la miré divertido.
- ¿Le preocupa algo tan solitaria aquí?

Sonrei sinceramente al ver a mi hijo entrar.

-Saludos Hijo- dije con voz un tanto aliviada.

Le di un breve abrazo y un beso en su cabeza, cuidando de cabello.

-Oh, para nada- encogi mis hombros- Solamente reflexiono- el sonrio no muy convencido y cambie de tema- Coomo te fue?- estudie su expresión- No te gustó...verdad? Cuentamelo todo- decidi callar antes de sacar conjeturas por mi misma y acaricie su mejilla.

[ claro qe se puede ^^]

Le sonreí y me senté a su lado sin apartarme sintiéndome bien como en mucho tiempo no me sentía con su caricia.
- No, no me gustó - suspiré mirándola más seriamente y algo triste - Sabes que no me gusta la caza - la miré - pero no te preocupes, no habrá otra hasta el otro mes y espero que mi padre haya regresado para ese entonces.
La miré y le sonreí de nuevo acercándome a ella y abrazándola.
- No me gusta verte tan sola aquí.

Sonrio sinceramente y escuché. Lo sabia. Conocia a mi hijo: Odiaba cada cosa qe la realeza pensaba que era necesario.
Mencionó a su padre y sonrei débilmente, A pesar de lo que hizo, era él el dueño de mi corazón.
Sali de mis pensamientos cuando senti sus brazos rodeandome.
Suspiré.


-Hijo, puedo sobrevivir-. dije aún abrazandolo. - No me habia dado cuenta de lo grande y apuesto que estás...-susurré con un tono de orgullo.

-Te gustaría dar un paseo?- pregunte mientras me paraba agarrando su mano-

Me puse de pie siguiéndola aún de la mano y asentí.
- Claro - respondí sonriéndole - Vamos.
Hacía mucho tiempo que no estaba a solas con ella, y eso que antes estábamos así continuamente. Pero estos últimos años todo se había vuelto más protocolar y ya casi en solitario nunca estábamos. Sabía que sufría con mi padre y con muchas otras cosas, pero nunca decía nada. De cualquier manera, ella era la única quien podía entenderme en todo el castillo y yo confiaba en ella plentamente.

Aprete su mano y la balanzee. Estar con Romeo era lo único que me reconfortaba completamente.
Confiaba en él, aunque odiaba verlo preocupado por el trato de su padre hacia mi...sacudi la cabeza alejando esos recuerdos y sonrei.

-Romeo, tienes algo que contar?- dije sonriente- Hace mucho que no estabamos a solas. Con mi mano acaricie su mejilla. Mi dulce Romeo.

-Sí, hace mucho - le sonreí e incliné la cabeza hacia su mano. La miré a los ojos, aquellos que se parecían mucho a los míos y balanceé las manos como jugando mientras salíamos del castillo y comenzábamos el paseo.
- Hay muchas cosas que contar... pero nada para que te preocupes - le sonreí intentando no ponerme nervioso. Le podía contar cualquier cosa, pero de ciertos temas no había hablado con nadie.

Sentia su mano tan grande y fuerte, parecia ayer cuando él se agarraba de mi vestido...
Asenti a lo que dijo y sonrei curiosa.

-Tenemos tiempo, asi que comienza- dije divertida. Él sonrio y se le formó un pliege de arrugitas en sus ojos.

Apretó un poco más sus manos y rio levemente, como cuando estaba nervioso. Arqee una ceja disimuladamente y sonrei.

Escuché con atención. Empezó a hablar fluidamente hasta que mencionó al Torbellino Rojo, las palabras comenzaron a apretujarse.

Asenti y apreté su mano.

-Si, estoy enterada del Torbellino Rojo- dije y suspiré- No te culpo, hijo. Si él necesitaba ayuda...hiciste bien.- Concluí. Romeo era tan noble.

Mencionó algo más...Me miró a los ojos y sostuve la mirada.
Mi Romeo? Enamorado? Al fin? Por fin...
La felicidad me invadia, apenas pude articular palabra.

- Te corresponde?- pregunté antes. No queria que mi Romeo saliera lastimado de ningún modo- Y...quien es?

Pregunte curiosa...
Esa chica debia ser afortunada.

Contuve el aliento mientras ella me miraba totalmente sorprendida y me interrogaba. Suspiré lentamente y apreté los labios.
- Sí... creo que me corresponde -murmuré.
Lo otro era lo difícil... ¿entendería ella?... Siempre lo había hecho, pero quizás esta vez era demasiado.
La miré lleno de conflicto sin saber qué decirle.
- Ella es... es mejor que no lo sepas... ni nadie - murmuré .

Contuvo el aliento. Lo correspondía, estaba feliz...esa pequeña burbuja de desmoronó un poco.
Que no sepa nada? Por que?

-Hijo- dije solemnemente- Si ella es...- busque las palabras adecuadas- de otro linaje no importa. Campesino, Marina, Realeza incluso con otro apellido...

al decir eso mentalmente recordé la otra familia de Verona....

Sus ojos mostraron confusión y dolor...
Entendi poco a poco....Podria ser eso?

Apreté los labios y miré a mi madre atentamente. Estaba siendo muy rápida captando las cosas, o yo era un libro abierto para ella. De otro linaje... no, no lo era, y quizás ése era el problema mayor.
- No es de... otro linaje - suspiré y desve la mirada de sus ojos.
- Ella es... no puedo amarla - suspiré - pero lo hago... no espero que me entiendas ni comprendas... sólo que no le digas a nadie - la miré suplicante.

Desvió la mirada y me puse de puntitas para acariciar su cabello. Era tan alto...
Me paré y lo abrazé. El se agachó y asi pude acariciar su cabeza.

-Mi dulce Romeo, puedes amar a quien quieras...- dije y suspiré- Juro qe seré tu cómplice en esto, no le diré a nadie...y si alguien sabe en mi queda qe lo olvide. Quiero que me veas como un apoyo...- dije esto con más enfasis-

Sostuvo mi mirada y sonrio debilmente.

-Hijo mio... Romeo...a quien amas?- susurré pregunté...queria confirmar mi teoria...

Recibí sus caricias sonriendo y luego miré sus ojos claro con aprensión.
Ella siempre había sido todo para mí, ella era la que siempre me entendía y defendía ante cualquier cosa, incluso ante mi padre.
Pero esta vez ni ella podría ayudarnos con lo que pasaría si todo se llegase a descubrir.
Confiar en ella era doloroso y peligroso, pero era la única salida para al menos tener un aliado en el castillo.. y quién mejor que ella, la segunda persona que más amaba y que era todo para mí.
- Julieta - murmuré con la voz atragantada en la garganta - Julieta... Capuleto.

Oi ese nombre. Capuleto, Julieta...Suspiré y mordi mi labio. Era una sentencia de muerte para ambos...pero el amor era eso no? Muerte.
Inhalé aire.
Aprete su mano.

-Hijo...Capuleto- dije firme- Entonces solo em queda apoyarte en todo. Es buena chica, lo sé. Me encnataria borrar los tontos prejuicios impuestos... Suspiré profundamente..

-Romeo, mi romeo....Guardaré tu secreto con toda mi alma, lo juro. Y te ayudaré en todo.-- Aprete su mano.

No queria qe el sufriera por el amor, no..

- No quiero darte más problemas, madre - la miré tristemente - con guardar el secreto ya son suficientes problemas... lo siento tanto - la miré con arrepentimiento.
-Pero ya no hay remedio... la amo y ella se ha robado todo lo que soy.

Sonrie tristemente.

-Romeo, no e sun problema. En el amor no se manda...Suspiré y lo abrazé. Era tan alto...

-Hijo, no dejaré que te quiten esta oporunidad: Amar- -dije firme- Y menos si te corresponde, Romeo

Busqe su mano y la aprete.