Ernesto había llegado a las calles de Verona,por las cuales paseaba lentamente,sus pasos retumbaban con un sonido suelo al impactar su calzado,unas zapatillas negras como el carbón..El guerrero pudo notar como el cielo se estaba oscureciendo a pasos agigantados,con unas nubes negras reinando por encima de todos los transeuntes..Una tormenta se aproximaba..Pronto llovería.
Empezó a caminar más rápido,con tal de llegar a una zona en la que no hubiera nadie,y pudiera sentir el agua en su cuerpo,esa sensación que a el,personalmente le agradaba en demasía..Llegó entonces a una calle desiertica,sí,era algo oscura,pero el estaba adiestrado para matar,no tenía miedo a nada.
Se apoyo en una pared y esperó la inminente tormenta.